Read this article in English: Leader Loneliness.

Dicen que aquellos que ostentan puestos de alta responsabilidad se sienten solos, quizá porque creen que quién se les acerca tienen intereses ocultos, quizá porque sus decisiones deben mantenerse alejadas de sus emociones.

La soledad es un problema de salud pública que afecta en gran medida a nuestras sociedades cada vez más desconectadas. Los líderes en posiciones de responsabilidad, lejos de ser una excepción tienden a formar parte de este grupo en alto porcentaje. De acuerdo a un estudio que se realizó hace unos años, la mitad de los CEOs encuestados experimentaban sentimientos de soledad en sus posiciones.

El neurocientífico de la UCLA, Matthew Lieberman habla en su libro: “Social: Por qué nuestros cerebros se conectan”, sobre la necesidad de las conexiones sociales en nuestras vidas. John Cacioppo investigador, neurocientífico y psicólogo estadounidense, ha demostrado a su vez que el aislamiento social tiene un impacto directo en nuestra salud y esperanza de vida. Somos animales sociales y relacionarnos de una forma saludable es una necesidad inherente a nuestra condición como humanos.

El ámbito laboral, es una de los entornos donde pasamos la mayor parte de nuestra existencia por lo que debemos prestar especial atención a nuestras conductas y relaciones en él. Nuestro enfoque debe ser construir relaciones sociales positivas dentro de la empresa. Esta afirmación es especialmente importante cuando hablamos de la jerarquía superior en las organizaciones.

Tim Cook, sucesor de Steve Jobs en Apple, decía que el problema de los líderes no es la soledad sino el aislamiento. ¿Cuál es la diferencia entre uno y otro término?

El aislamiento ejecutivo, definido desde el psicoanálisis, es un mecanismo de defensa, consistente en eliminar las conexiones con otros. En definitiva, se trata de una sensación de exclusión, de no formar parte del grupo. Cuando esto sucede es importante determinar en qué medida se está dando ya que cuanto mayor es la desconexión más grave serán las consecuencias para el individuo y la organización. A menudo, para poder diagnosticarlo es necesario recurrir a un apoyo externo; profesional (como un psicólogo, un coach) o personal (amigos, familia, colegas, etc).

Por el otro lado, la soledad se percibe más como un sentimiento impuesto, las circunstancias son las que nos llevan a padecerla. En el lugar de trabajo genera una complicación adicional, ya que aquellos empleados que se sientes solos en el entorno laboral, además de una desconexión con sus colegas tienen la misma sensación con respecto a la organización para la trabajan. Los empleados creen estar al límite y albergan fuertes sentimientos de impotencia.

Entre ambos sentimientos hay diferencias claras a pesar de sus similitudes, en el primero el individuo busca, consciente o inconscientemente, ese estado, mientras que en segundo es una “victima” que sobrelleva las consecuencias. En ambos casos se puede actuar tomando responsabilidad y realizando los cambios necesarios. El acompañamiento de un entrenador (Coach) puede ayudarnos a identificar estas áreas de mejora y a establecer un plan de acción para conseguir nuestros objetivos.

La sensación de un CEO o un alto ejecutivo de tener el control de su propio destino es un amortiguador contra la soledad, pero puede contribuir a su aislamiento. El antídoto para no caer en ninguna de las dos es la conexión, entendiéndola como empatía y como la capacidad de poder ampliar el número y la variedad de las personas con las que interactuamos. Debemos aprender a ampliar nuestra visión a través de los ojos de varios actores.

La amenaza de lo contrario es el deterioro de nuestra toma de decisiones y en última instancia de nuestra felicidad. Citando nuevamente a Tim Cook: “es muy fácil para un CEO desarrollar puntos ciegos”.

Un gran ejemplo de “conexión” al más alto nivel ejecutivo es el Indra Nooyi, CEO de PepsiCo durante varios años. Ella, acostumbraba a escribir una carta a los padres de sus altos ejecutivos en la que expresaba la positiva contribución de su hijo al devenir de la compañía. Este tipo de gestos refuerzan las relaciones y establece vínculos más fuertes entre las personas de la organización.

Cultivar la “conexión” debería ser una de las principales misiones del liderazgo. Ésta es la forma última de paliar nuestro aislamiento a la vez que fomentamos una cultura que reduce la soledad en el lugar de trabajo.

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