Hay una famosa cita que dice: «You don’t hire for skills, you hire for attitude. You can always teach skills.» es decir, «No contrates por habilidades, contrata por actitud. Siempre puedes enseñar habilidades». En algunos lugares de internet se le atribuye esta frase a Simon Sinek, autor de varios libros sobre propósito y liderazgo, sin embargo según ChatGPT su autor fue Herb Kelleher, empresario estadounidense co-fundador y CEO de Southwest Airlines. 

El mensaje de la frase, es clave, hay cosas que se pueden aprender pero otras vienen de fábrica, son inherentes al individuo y por lo tanto no se pueden enseñar. Quizá sea una afirmación algo rotunda, la actitud también se puede modificar, si bien conlleva cambios a muy diversos niveles: creencias, hábitos, conductas, etc. 

No siempre todo el mundo está dispuesto a realizarlos, porque existe una identificación entre lo que esa actitud representa y la imagen que cada uno tenemos de nosotros mismos. A veces, el factor externo tiene una incidencia demoledora y el camino para el cambio llega a través de la modificación de las condiciones externas. Otras, consiste en desaprender los patrones por los que nos regimos que adquirimos a lo largo de los años. 

La actitud es cómo decidimos reaccionar ante las situaciones. 

La vida no es lo que sucede sino la significación que le damos a lo que acontece, por ello la actitud es esencial para comprender cómo vamos a responder ante la adversidad y frente al éxito. La actitud de una persona anticipa el resultado. 

¿Cuál es la actitud ideal?

Cada uno de nosotros tenemos la respuesta a esta pregunta, no se trata de tener una “actitud ideal†se trata de moldear y esculpir, con compromiso, la que ya tenemos y corregir aquello que no deseamos. Es importante hacer un trabajo de introspección, estar abiertos a la retroalimentación y sugerencias de otros en nuestro proceso de refinamiento. 

Nuestras susceptibilidades son una buena forma para guiarnos. ¿Qué nos detona? ¿Qué cuestiones no soportamos? En la respuesta a esas preguntas podemos encontrar mucho sobre lo que trabajar.

Si aún teniendo en cuenta lo anteriormente mencionado tuviese que definir las características de una “actitud ideal†diría que tiene que poseer lo siguiente:

  • Sed de autoconocimiento.
  • Búsqueda de mejora continua.
  • Anhelo de crecimiento personal.
  • Apertura a la crítica y la retroalimentación de otros. 
  • Tolerancia para aceptarse y construir desde ahí. 
  • Curiosidad y capacidad de aprendizaje. Ser autodidacta.
  • Resiliencia. Entendido como una constancia inquebrantable. 

Una persona con mala actitud no avanzará ni un centímetro en sus objetivos ni con todos los medios a su alcance, sin embargo alguien con buena actitud encontrará la forma para lograr sus metas a pesar de las dificultades. 

Pongamos un ejemplo, aprender inglés. Alguien que no cuente con la actitud adecuada; puede tener los mejores maestros, puede mudarse al extranjero y a pesar de todo no ser capaz de progresar en sus conocimientos. Mientras que otro alumno carente de todo apoyo y sin los recursos para poder estudiar el idioma, buscará la forma de acercarse a los turistas en la calle y comenzar a hablar con ellos. La actitud es una fuerza que nos impulsa y construye la motivación para llevar a cabo lo que nos proponemos. 

Conclusiones

La actitud es la impronta que dejamos en la forma en la que hacemos las cosas, algunos también la llaman energía. Es la forma en la que enfrentamos lo que acontece y define en muchos casos el resultado. Se puede modificar y se debe trabajar. 

En la búsqueda de trabajo, es una pieza fundamental para el éxito. Sobre todo cuando los factores externos nos afectan; desempleo, situación económica, etc. Es importante no desfallecer y trabajar en cada una de las características anteriormente mencionadas. 

Mi pregunta para ti es:

¿Tienes la actitud que deseas? 

¿Más información sobre buscar trabajo? Puedes leer este artículo para inspirarte sobre cómo hacerlo.

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